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Historia de Lastras de Cuéllar. Capitulo 2. Trabajos y oficios.

trillando lastras de cuellar

Autor: Aula de cultura, Asociación de mujeres

Segunda entrega del libro escrito por el grupo de mujeres de Lastras. Trabajos y oficios nos ofrece una pequeña recopilación del modo de vida de nuestros padres y abuelos.

Las viñas

En este pueblo hubo bastantes viñas , en casi todas las casa se hacia vino. La temporada de la vendimia era muy divertida porque entre chicos y chicas se hacían muchas bromas. En las casas despues de cenar se juntaban buenas cuadrillas que hacían bailes, juegos, chistes, bromas…y se pasaba mu bien.

Para cuidar las viñas había que cavarlas dos veces, y los chicos, ya desde muy pequeños, a la salida de la escuela iban con unos azadones pequeños a cavarlas. También había que podarlas, los chicos pequeños iban a recoger los sarmientos, que luego usaban en casa para calentar el horno de cocer el pan.

A primeros de octubre se iba a vendimiar, había que ir cogiendo racimo por racimo en cestos, que luego desocupábamos en cestos grandes que estaban en los carros. La uva se llevaba hasta el lagar, donde había que pisarla. De aquí iba destilando y pasaba a una pila que estaba al lado, desde donde lo íbamos echando a las cubas. La misma uva se pisaba varias veces y se prensaba en el lagar hasta que quedaba solo el orujo seco. El mosto empezaba a cocer en las cubas en este momento no se podía bajar a la bodega con mucha confianza porque con los vapores que salían te podías marear. Cuando cuece el vino mengua bastante y había que ir rellenando las cubas de vez en cuando y apañarlo lo mejor posible para que se hiciera buen vino. Entre la gente del pueblo, se tenia la idea de que el mejor día para hacer vino era el viernes.

Las mimbreras

En casi todas las viñas del pueblo la gente tenia puestas unas mimbreras, que se aprovechaban para hacer cestos en los que se transportaba la uva. Se hacían covanillos, que eran los cestos en los que se iban echando los racimos según se cogían. También se hacían los cestos grandes que se tenían en los carros y en los que se desocupaban los covanillos.

Otro aprovechamiento que tenían las mimbreras era para hacer chisteras para los pescadores.

De las vergueras también se hacían este tipo de objetos pero para las labores de la viñas eran mas apropiadas los cestos de las mimbreras porque al no estar pelados eran mas resistentes.

Los señores que se dedicaban a hacer estos cestos venían de otros pueblos a hacer los encargos que la gente les mandase de modo que si ponías el mimbre, los cestos te salían mas arreglados de precio.

el pan

Para hacer el pan había que empezar por llevar el trigo al molino. Luego en casa había que cernerlo con unos cedazos que se encajaban con unas varillas en la artesa, de modo que la harina caía a la artesa y los salvados quedaban en el cedazo.

La cantidad de pan que solíamos hacer por cada cocedura era como de unas dos medias fanegas. A la harina añadíamos entre unos 500 y 600 gramos de sal, la levadura que dejábamos apartada de la cocedura anterior y unos 20 cuartillos de agua caliente. Despues lo amasábamos bien y lo dejábamos reposar tapado con las maseras. Cuando la masa empezaba a abrir, se hacían en los bancos o tendidos las hogazas. Una vez preparadas se encendía el horno con ramera o sarmientos de las viñas. Cuando la bóveda del horno se ponía blanquecina el horno estaba a punto para meter el pan. Cuando el fuego se iba achicando se removían las ascuas con el orguero. El tiempo que se tardaba en cocer era aproximadamente una media hora. Estas coceduras de pan eran grandes, se sacaba pan para unos dias porque no se podía estar haciendo pan cada día.

Despues se limpiaba el horno con las bragas, que eran unos trapos atados a un palo largo que se mojaba antes para que no se quemasen al limpiar.

El cañamo

EL Cáñamo se sembraba en unas tierras pequeñas, llamadas cañamones. Cuando se secaban los cañamones los recogíamos en haces y los llevábamos a las eras; allí los extendiamos y los movíamos de vez en cuando para que acabaran de secarse. Despues había que restregarlo sobre un trillo vuelto y de nuevo hacer los haces para llevarlo al río a enterrar en unos hoyos, donde lo dejábamos bien tapado para que no se lo llevara el agua unos diez dias.

Pasado este tiempo lo sacábamos y lo tendiamos al aire durante varios dias hasta que se secara bien. Una vez seco había que tastagarlo bien con una tastagadera que era como una lengüeta con las que se machacaba el cáñamo. A continuación se espadaba, que era quitar la pajilla que quedaba, luego se pasaba un peine con puas de hierro, se preparaban unas moñas y ya se quedaba listo para hilar. Según íbamos hilando íbamos haciendo madejas con un aspador.

Estas madejas tenían que limpiarse bien y para ello se ponían dentro de una artesa con agua caliente y cenizas. Había que empaparlas bien, luego se enrollaban o doblaban y se metían en el horno del pan pero solo con unas ascuas para que no se quemasen las madejas. Se ponían en un montón alto y se tapaba la boca del horno con barro y adobe para que no respirara. Se quedaba así durante dos o tres dias; al cabo de estos se destapaba y se sacaban las madejas que ahora teniamos que lavar en el río. Había que darles muchos golpes sobre la piedra para que quedara bien y a veces para que blanquearan mas se las daba jabón y se ponían al sol.

Cuando estaban secas había que darlas con un trapo una mezcla de cera y aceite para que quedaran mas suaves. Despues de esto ya se podía dar el cáñamo al tejedor. Si se había hilado fino se podían hacer sábanas y camisas. Si se había hilado mas grueso se usaba para hacer mantones de las eras, alforjas, poyales para tapar las aguaderas y delantales de picote que usábamos para ir a lavar porque eran muy resistentes.

Tejedores

Para poder trabajar en el telar primero había que preparar la urdimbre; para ello se montaban los hilos en una mesa de urdir. Al final del urdido se hacían como unas cadenas con los hilos para que no se enredasen y se arrollaba la urdimbre sobre el enjulio. Despues, metido dentro del telar, había que ir atando hilo por hilo. Montada ya la urdimbre, el siguiente paso era preparar las canillas en el torno. Despues se ponían en las lanzaderas, con las que ya se empezaba a tejer, pasando el hilo de la trama de un lado a otro por encima y por debajo de los hilos de la urdimbre. Pasada la trama, había que empujar hacia delante con el peine, para dejar el tejido bien prieto y que no se viera la urdimbre.

En el telar se trabajaba con distintos materiales, como son la lana, el cáñamo, trapos en tiras… Las piezas que se tejían normalmente eran mantas,poyales, costales, mantas de tiras para poner debajo del colchon…

Resineros

resineros en lastras de cuellarEn los pinares se empezaba a trabajar sobre el mes de marzo. Una de las primeras laboras era la de desroñar el pino que se hacia con una herramienta llamada borrasco. Luego, con una media luna que se apretaba con un mazo se hacía una muesca, en la que se colocaba una hojalata en forma de uve abierta, para que escurriera la miera en el pote. Un poco mas abajo se clavaba una punta para sujetas el pote se manera que este se colocaba sobre la punta y la hojalata.

Despues se quitaban las virutas con una escoda de acero. ( que antes había que afilarla bien con piedras y asentarla con una asentadera ) hasta sacar el corte, al que se tenían que hacer cuatro remondes durante la temporada. Despues los resineros iban a recoger la miera de los potes, la echaban en una especie de latas cuadradas, llamadas velezos. Cuando llenaban los velezos iban a desocuparlos en las cubas que luego se llevaban a las fabricas con carros y machos en reata. Ya en la fabrica, se destilaba la miera y se obtenía resina y colofonia.

La faena de la resina acababa a principios de noviembre y por esas fechas se empezaba con la pez. Para la elaboración de la pez se usaban los restos de resina que quedaban endurecidos en los cortes, los cuales se quitaban con raideras; también se aprovechaban las goteras de resina que caían al suelo y se mezclaban con las serojas y la tierra. Todas estas brozas de la resina se recogían y se llevaban hasta las pegueras, donde se elaboraba la pez. Las pegueras eran como hornos abovedados, construidos con ladrillos macizos, tejas y barro. El suelo de la peguera, que se inclinaba hacia la parte de atrás había que prepararlo con ramera verde.

Despues de esto se cargaba la peguera con las brozas; se tapaba la boca con ladrillos y piedras, dejando un agujero y se prendía. A medida que pasaba el tiempo y subía el calor, las brozas se derretían y deslizandose la pez por la ramera verde, pasaba a través de un agujero a otra parte de la peguera denominada la hoya. El tiempo que tardaba en consumirse las brozas, mientras que se llenaba la hoya de pez, era aproximadamente de dos o tres dias.

Esta pez resultante de la primera cocción se llamaba pez cruda y era usada como alquitrán. Si se quería obtener pez cocida había que volver a quemarla en la hoya. Esta pez era usada para empegar botas, pellejos y cubas. Para que saliera una buena pez, que no diera sabores al vino, había que teneral mucho tiempo cociendo, hasta que no saliera humo. Si mientras se hacia la pez, cualquiera de los orificios de la peguera quedaba obstruido, los resineros metían un hierro candente y al momento se derretía y salía el chorro de pez. ´La pez se sacaba con un cazo de la fiera y se echaba en los torales ( unos cajones de madera alargados, embadurnados por dentro con barro para que no se pegara la pez a la madera ) donde se dejaba esta para enfriar. Los resineros vendían la pez directamente a los boteros o a las fabricas de resina, las cuales muchas veces también eran propietarias de las pegueras, en cuyo caso había que pagar a los dueños en especie.

(Artículo relacionado: «los resineros en lastras»)

Cacharreros y tejedores

Tenemos en Lastras, en las eras de arriba, un término llamado los Barreros. Estos eran como unas lagunas redondas que en todas las épocas del año tenían agua porque entonces llovía mucho. Los tejeros y cacharreros del pueblo sacaban el barro de aquí, para ello había unas escaleras que iban excavando en las paredes. Primero sacaban un barro que no era muy bueno y lo utilizaban para retejar y sujetar los adobes con los que antiguamente se hacían las casas. Según iban ahondando sacaban con picos y palas un barro mejor, que lo usaban para hacer tejas, ladrillos y cacharros. Subían el barro dandoselo de unos a otros; este trabajo era muy duro porque luego lo tenían que llevar a extender a una era, esperar a que se secase y despues machacarlos con una maza de madera.

Cuando estaba ya triturado, lo llevaban a una pila, donde lo echaban agua y lo amasaban con los pies. Una vez amasado lo sacaban y estaba ya preparado para trabajar. Según iban trabajando iban sacando los cacharros que hacían al sol para que se secara. Hacían pucheros, tarteras, botijos, cantaros, cazuelas, pucheretes para recoger la miera, ollas para las conservas de matanza… Una vez que estaban secos les daban el baño y los metían a cocer al horno, que se prendía con barrujo. Para sacar los cacharros había que esperar a que se enfriara el horno y se iban por los pueblos a venderlos.

Recuerdo sentimental de los alfares de Lastras de Cuéllar, Ignacio Sanz

Carreteros

Lastras también tuvo carreteros, que se dedicaban a hacer carros y aperos de labranza. Este trabajo era muy costoso, empezando porque había que hacer el carbón para lo que se tenia que ir al pinar a recoger piñas nuevas. Despues había que echar las piñas en un hoyo grande que se hacia a las afueras del pueblo. Se echaba agua para que se cerraran, se prendían por el centro de la hoya y se tapaba con céspedes que se tenían preparados en la pradera, para que se quemara poco a poco sin arder. Para sacar un buen carbón había que estar cuidándolo y tapando los agujeros con césped. Cuando el carbón estaba hecho se destapaba el hoyo, se sacaba y se crivaba, quedando ya preparado para echar al fogón de la fragua.

En la fragua había un fuelle muy grande, del que había que estar tirando todo el tiempo que el carretero estaba trabajando en el hierro, al que le daba la forma que quería en la bigornia, a fuerza de golpes de martillo.

Ahora vamos a hacer el carro, está compuesto por la vara, las palomillas, el eje, el asiento o escaño, los tableros de los lados, los de atrás y los de delante. Las ruedas se componen de cubo, radios, pinas y aros. El aro es de hierro muy fuerte para proteger la madera. Para colocar los aros en la rueda había que calentarlos al rojo vivo. Este trabajo había que hacerlo en la calle. Se ponía un aro encima de otro, se rodeaba de leña y se prendía. Cuando los aros estaban al rojo, había que cogerlos entre tres hombres con unos hierros por unos agujeros que tenían para esto.

Luego había que colocarlos en la rueda que estaban preparada en alto y rapidamente coger la rueda con una barra por el cubo y echarla en una pila con agua para que no se quemara la madera. Aquí se daba unas vueltas a la rueda para que se enfriase. Preparadas las ruedas, estas se ponían en el escaño y el carro ya estaba terminado. Ahora cada uno lo pintaba como quería, se hacían dibujos en los tableros, cada uno lo mas bonito que pudiera porque el que podía presumía de carro como ahora se presume de coche. Ya terminado se enganchaban al yugo la pareja de mulas. vacas o de burros; aunque los que llevaban pareja de burros era raro que llevaran carro nuevo pues lo solían tener de segunda o de tercera mano.

Además de carros, los carreteros hacían arados, como los que se han usado hasta hace 20 o 25 años para cultivar la tierra. El arado era una herramienta muy importante, compuesta de timón, cama, valortas, dental, esteva, orejeras y reja. Se enganchaban al yugo pasando el timón por el barzón y quedaba sujero con una llavija. La pareja de ganado iba tirando del arado, que el hombre guiaba agarrandolo por la esteva. Así que entonces para cultivar la tierra el hombre se pasaba todo el día con el arado surco arriba, surco abajo….

Para hacer todos estos trabajos el taller del carretero estaba dividido en dos partes. La fragua donde estaba el fogón, el fuelle, los martillos y la bigornia; donde se trabajaba el hierro y el taller donde se trabajaba la madera.

El taller del carretero tenia que estar muy preparado de herramientas de todas clases, para madera y para el hierro, como torno, limas, escoplos, cepillos, azuelas, garlopas, terrajas, calibre, metro, macho, machota; y todas ellas en distintos tamaños. También había una taladradora para hacer agujeros en el hierro, la piedra de afilar, bancos con tornos para la madera, brochas, pinceles, pinturas de colores…

Pastores

En este pueblo antiguamente había muchos rebaños de ovejas. En el invierno las tenían en las tenadas o cabañones. Los pastores tenían que madrugar mucho para ir a echarlas de comer. Cuando paria alguna oveja, los pastores solían llevar los corderillos en el corujon de la manta; pero si parían varias y ya no les cabían los corderos ni en las alforjas, tenían que volver al pueblo para traerlos.

Algunos pastores daban de comer a las ovejas el almuerzago que cría el pino, pero esto era muy trabajoso porque tenían que subir a muchos árboles.

Cuando llegaba el buen tiempo se tenían las ovejas en las redes que ponían en las tierras para abonarlas, pues este estiércol era muy bueno. En este tiempo los corderos ya salían a pacer con las ovejas y los pastores llevaban a los rabadanes, que solían ser chiquillos para que los ayudaran.

Labradores

En nuestros tiempos los labradores eran muy esclavos, tenían que trabajar mucho porque no había maquinaria y todo tenia que ser a base de la fuerza. Por eso, aunque se tuviera poca labranza, toda la familia tenia que trabajar y rapidamente se

aplicaba a los chicos para ayudas. Así que sobre todo en temporada de siega, se juntaban unas cuadrillas muy grandes por los caminos.

Por octubre se hacia la siembra, se iba con la sembradera ( hecha de un saco ) al hombro, y con la mano se iban esparciendo las semillas. Detras tenia que ir pasando el arado, tirado de mulas o vacas, tapando la simiente. En abril había que ir a escardar, quitar las malas hierbas y los cardos. Por San Juan se empezaba la siega, que se hacia con la hoz en la mano derecha y la zoqueta en la mano izquierda. Lo primero en segar eran las algarrobas y la cebada, un poco mas tarde se recogía el trigo.

Despues de segar se llevaban las mies a las eras, donde se extendían y se trillaban para separa el grano de la paja. Hecho esto, había que pasar la rastra para recogerlo. Luego había que aventarlo, tirandolo hacia el aire con los bieldos y mas tarde con las máquinas aventadoras, para dejar el grano bien limpio.

Despues de hacer todas estas faenas en la era se cargaba el grano en los carros o en los burro y se guardaba, generalmente en los sobrados.

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