Nuestros padres Pedro y Vicenta llegaron a Lastras de Cuéllar en 1960 desde Tabladillo con motivo del traslado de nuestro padre como guarda forestal a los pinares del pueblo.
Vinieron con dos hijos pequeños y empezaron a vivir en una casilla cerca del río, a tres kilómetros del pueblo.
No conseguimos tener luz hasta que gracias a la generosidad de los señores Benito y Mariano, los cuáles la llevaron desde el salto de agua.
Al poco tiempo nuestros padres tuvieron que mudarse al pueblo, porque con un tercer hijo y los dos primeros en edad escolar, sus necesidades cambiaron. La ayuda por parte de los vecinos del pueblo fue muy importante.
Nuestros padres siempre nos hicieron ver que nunca se sintieron extraños. Nos gustaría agradecer a todas las personas que ayudaron a nuestros padres la ayuda que les prestaron en el momento que lo necesitaron, así como queremos dar las gracias a todas aquellas personas que nos han acompañado en este duro año 2020 para nosotros, especialmente queremos agradecer a la familia Berzal el apoyo desinteresado que han tenido y tienen hacia nuestra familia.
Familia Caldevilla Anaya