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La CHD efectúa un seguimiento de las lagunas de Hontalbilla y Lastras de Cuéllar tras su restauración

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La actuación de mejora formaba parte del Plan PIMA ADAPTA, promovido por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente para evaluar el impacto del cambio climático sobre ecosistemas vulnerables.

Este humedal, cuya lámina de agua se ha reducido en las últimas décadas, resulta valioso por su diversidad de flora y fauna en una zona arenosa de pinares

La Confederación Hidrográfica del Duero, organismo adscrito al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente(MAPAMA), efectúa desde el año pasado un seguimiento de la restauración efectuada recientemente en las tres lagunas situadas entre las localidades de Hontalbilla y Lastras de Cuéllar, en Segovia, para comprobar la evolución de este valioso humedal desde el punto de vista bioecológico.

Las lagunas Lucía, Tenca y del Carrizal, dentro de un sistema mayor enclavado en la comarca de Tierra de Pinares, presentan una riqueza de especies muy estimable por hallarse en un hábitat de escasa diversidad, y están incluidas en la Catálogo de Zonas Húmedas de Castilla y León y tienen la calificación de Zona de Especial Conservación (ZEC).

Por este motivo, y ante la amenaza real que sufren los humedales, su restauración fue incluida por el MAPAMA en el Plan de Impulso al Medio Ambiente para la Adaptación al Cambio Climático (Plan PIMA ADAPTA). La actuación, con un coste de 700.000 euros y concluida en 2017, figura entre las 46 llevadas a cabo gracias al citado plan.

Esta restauración ha permitido mejorar el estado de conservación de las lagunas, condición indispensable para que los ecosistemas acuáticos  continentales tengan mayores posibilidades de adaptación a las nuevas condiciones climáticas, caracterizadas tanto por la disminución de las aportaciones hídricas como por su irregularidad.

En concreto, la actuación ha permitido crear bosquetes con árboles y arbustos autóctonos para favorecer la nidificación de aves, restaurar la duna próxima la laguna del Carrizal –mediante plantación de matorral autóctono que consolide el talud- para impedir el tránsito de vehículos a motor, y la limpieza selectiva de la vegetación en el arroyo de la Cigüeña.

Decapado para facilitar la inundación

Por otro lado, en la laguna Lucía se ha efectuado un decapado experimental de los sedimentos para facilitar la inundación, así como la mejora de los accesos, mediante firme de zahorra, la creación de tres zonas de estacionamiento valladas en su perímetro, así como el trazado de una senda peatonal que recorre los montes de utilidad pública y da acceso al observatorio de aves.

Este último, construido en madera y emplazado junto a la laguna del Carrizal, es apto para personas con movilidad reducida y se suma a la estación permanente de observación y anillamiento en la laguna Lucía, que llega hasta el propio vaso y ofrece grandes posibilidades para un seguimiento científico y divulgativo de la variedad ornitológica del humedal. Toda la actuación se ha completado con señales, rótulos y paneles identificativos.

Los estudios reflejan que el conjunto lagunar entre Hontalbilla y Lastras de Cuéllar presenta un buen estado en general, tras analizar con detalle comunidades de invertebrados, bentónicos, diatomeas y fitoplancton, aunque la calidad de las aguas no es óptima. Respecto a la vegetación, se han catalogado más de 500 especies en la zona, de las que 13 son consideradas de “atención preferente”.

Prados mediterráneos y lagos eutróficos

Además, se han identificado dos hábitats de interés comunitario: prados mediterráneos de hierbas altas y lagos eutróficos naturales con vegetación. Por su parte, la fauna suma unas 500 especies entre mamíferos, aves, moluscos, anfibios, reptiles e insectos, con la llamativa presencia del tritón jaspeado o la culebra viperina.

La zona ha venido sufriendo la acción del hombre, plasmada en vertidos indirectos de residuales y explotación directa de turbas y arenas ya resueltos-, sin olvidar que el funcionamiento hidrológico del ecosistema depende del estado del acuífero subyacente, sometido desde mediados del siglo XX a una intensa explotación que ha ocasionado una bajada del nivel freático y, en consecuencia, menor disponibilidad de agua en las lagunas.

 

Fuente.  Confederación Hidrográfica del Duero. Nota de prensa

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