
El gurriato zurdo
Texto y fotografías: Juan Carlos Garrido Sanz Recuerdo que cada 10 de julio con motivo de la celebración de San Cristóbal, en las ocasiones que estábamos en el pueblo, mis padres llevaban su lustroso Seat 850 a la cuesta de la iglesia, allí esperaba el cura, hisopo en mano, que así se llama ese artilugio que te mojaba con agua bendita, bendiciendo coches, tractores y todo tipo de vehículo que pasara delante