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Cancionero de la memoria

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Autor: Luis Ramos Cano. Año: 2014

El presente trabajo editado por la ONG Colectivos de Acción Solidaria (CAS) en colaboración con Iniciativa Social de Mujeres Rurales (Ismur), se enmarca dentro de los objetivos del proyecto piloto “De MAYOR a menor” de la Red Rural Nacional diseñado por CAS y los colectivos que lo integran. Las diferentes actuaciones se basan en la transmisión del conocimiento tradicional y los saberes populares como principales responsables de la creación y preservación del extenso y diverso patrimonio rural, cultural y natural que tenemos. Saberes que se encuentran guardados en la memoria de nuestras personas mayores, y que después de siglos, están a punto de perderse.

El proyecto “De Mayor a menor”, pretende rescatar de la memoria estos conocimientos y adaptarlos a los tiempos actuales para promover nuevas actividades de desarrollo o mantener las ya existentes.

Ver online: https://issuu.com/ismursegovia/docs/–cancionero_de_la_memoria_-_encuen

Encuentros con la tradición oral en la Tierra de Pinares de Segovia, Lastras de Cuéllar

En esta localidad, situada en pleno corazón de la tierra de pinares segoviana, tuvimos un encuentro con los hermanos Miguel y Leandro Matarranz de Frutos de 71 y 73 años, respectivamente. Fue posible gracias a la colaboración de Roberto y Oscar Herrero de Frutos, dulzaineros de Lastras de Cuéllar. Nos pusieron en contacto con ellos y nos ofrecieron su bodega como lugar de reunión; sitio propicio para el cante y la alegría.

Hemos incluido tres temas, el primero es una canción “Media jota” ́,que nos cantó el señor Miguel. Son una sucesión de cuartetas octosilábicas cantadas en compás binario, enlazadas con un estribillo (“Canta compadre canta…”). Aunque no es una jota, ni tampoco un fandango castellano, él lo llamo así y hemos respetado el nombre. Nos ha parecido un buen ejemplo de su manera personal de cantar. Roberto Herrero a este respecto nos dijo:

“Miguel se puede estar toda la noche cantando y hoy te lo canta de una manera y mañana de otra”.

Hemos querido dar testimonio con este tema,de la espontaneidad, la sencillez y el arte a la horade transmitir, de este señor de Lastras de Cuéllar,que tiene el cante como algo natural y cotidiano del día a día.

Del señor Leandro Matarranz de Frutos incluimos una canción “Se levanta la niña a la una”.La aprendió de niño a los 5 o 6 años de su hermana mayor, Fuencisla Matarranz (79 años), se trata de una canción de entretenimiento de las que se conocen como de texto acumulativo, en la que va haciendo un recorrido por las horas del reloj en el sentido de las agujas y al contrario. Es sencilla y fácil de memorizar, muy propia en niños y mayo-res para cantarla en cualquier reunión. Está cantada con mucho arte; se puede apreciar en la grabación cómo va subiendo le intensidad de voz y también de manera menos perceptible el tono (altura) musical a medida que avanza el tema.

Se ha realizado una transcripción para dar una visión sobre las peculiaridades rítmicas (a pesar de su aparente sencillez); también desde el punto de vista melódico, como la nota do,subida de afinación sin llegar al ½ tono, en el cuatrillo de final de cada estrofa.

Este tipo de canciones de texto acumulativo son difíciles de transcribir desde el punto de vista estructural, se propone esta idea, sin embargo puede haber otro tipo de soluciones.

El otro tema que recogemos del señor Leandro es el romance de “El Pernales”. Esta versión así como otras recogidas ya por esta comarca, debe su origen, probablemente a un romance “de cordel” sobre la historia de Francisco Ríos “Pernales”, bandolero de Andalucía que vivió en la segunda mitad del siglo XIX hasta principios del siglo XX. Llegó a estas tierras segovianas con este aire musical del sur peninsular conocido como Los tanguillos de Cádiz. En el libro “Folklore segoviano. I la rueda del año ”de Claudia de Santos, Luis Domingo Delgado e Ignacio Sanz, hay una versión de este mismo romance recogida en Laguna de Contreras (Segovia). El señor Leandro lo aprendió de oírselo cantar a su hermana, también en su niñez, quien a su vez lo había aprendido de la misma manera, de su abuela. Está cantado con mucho arte, y esto es lo que queremos poner en valor, además de -por supuesto- los testimonios que son un claro reflejo de la importancia que el cante ha tenido y sigue teniendo para estos tres hermanos de Lastras de Cuéllar, a quienes estamos agradecidos.

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